En el anterior post sobretarjetas de crédito hicimos un repaso a las principales características de este producto financiero tan extendido, pero que al mismo tiempo anticipábamos que mal usado puede llegar a ser una importante losa del presupuesto familiar. No hablamos de un problema a corto plazo, pero con el tiempo si no se soluciona a tiempo, la bola de nieve empezará pronto a rodar y crecer.
Las tarjetas se utilizan bien cuando se usan con pago a mes vencido (ver post anterior), pero también pueden estar bien utilizadas para compras puntuales o esporádicas con pago aplazado, y que una vez hecha la compra puntual no sigamos engordando sistemáticamente el dispuesto de la tarjeta.
El problema surge cuando aplazamos una compra, y otra, y otra... al final la tarjeta no hace sino crecer, engordar, y ahí es cuando estamos formando nuestra temida bola de nieve, pues nunca realizamos el esfuerzo suficiente para disminuir el saldo dispuesto.
Una vez atrapados en esta trampa de las tarjetas, nos pueden pasar dos cosas:
- Que la cuota mensual que tenemos que pagar de intereses y capital cada vez es mayor, por lo que la cuota empieza a asfixiar nuestra economía. Debemos darnos cuenta que a medida que se va a incrementando la disposición del crédito de la tarjeta, la cantidad de intereses que pagamos será más alta, por lo que en aquellas tarjetas que tienen cuota fija, la cantidad de capital que se amortiza va reduciéndose, siendo entonces mayor la proporción de intereses que se paga en cada cuota;
- o bien, que nos veamos en un momento dado que no tenemos más límite del crédito disponible, pues hemos ido utilizando el límite de la tarjeta más rápido de lo que lo vamos amortizando con las cuotas mensuales.
Por tanto, en ambos casos el siguiente error común viene en seguir endeudándonos, y otro error más grave es pedir otra tarjeta, es decir, asumir más deuda con un producto incorrecto, pues estamos incrementando nuestro endeudamiento perpetuándolo en el tiempo, porque no somos capaces de rebajarlo ni de establecer un plan de pagos eficiente (como pudiera ser el cuadro de amortización de un préstamo, pues en general no nos permite volver a disponer de las cantidades amortizadas), cuando nuestro problema es de hábito de consumo: gastamos demasiado, y estamos financiado compras en cualquier momento con una tarjeta de crédito que cada vez está más dispuesta y que no baja de ninguna manera.
Este problema se detecta fácilmente si llevamos un control de nuestros gastos, pero los más desorganizados podrán verse reflejados en un hábito de descontrol financiero, que es que según cargan en la cuenta corriente la cuota de la tarjeta, rápidamente estarán reintegrando en efectivo o utilizando la cantidad amortizada, debido a la escasez de liquidez que estarán sufriendo.
Dicho todo esto, ¿cuál sería la solución?
Las tarjetas “son golosas”, supongo que esto lo habréis oído mil veces, pero es completamente cierto, los menos disciplinados acaban cayendo en la tentación del consumo, de la posesión y la necesidad que nos crean de comprar cosas que no necesitamos, creemos que las necesitamos.
Estoy seguro que habrá personas que acaban con estos problemas de deudas y no se debe a gastos superfluos, pero el problema es el mismo, estamos gastando más de lo que tenemos, y aunque la tarjeta es una salida fácil, es una huida hacia adelante y luego tiene consecuencias peores, pues ya veremos en próximos artículos el tratamiento de la morosidad, pero podemos acabar con el salario embargado, coche, vivienda, etc., y lo que es peor, amargados de por vida y con familias rotas.
Lo primero que debemos hacer es analizar nuestros gastos, ingresos y ordenarlos por conceptos y meses, para prescindir de todo aquello que sea posible.
En caso de que la bola de nieve haya empezado a rodar y estamos empezando a estrangular nuestra economía de tal manera que no somos capaces de frenarla, antes de que la situación se agrave debemos simular cómo nos quedaríamos si la deuda que suman nuestras tarjetas las agrupáramos en un sólo préstamo personal, de tal manera que la cuota mensual de dicho préstamo sea inferior al total de las cuotas de tarjetas que estamos pagando. Los tipos de interés de hoy en día de los préstamos personales no son lo que eran, a día de hoy rondan el 12%, pero siempre serán mejores que los de las tarjetas, y además al aumentar el plazo (dependiendo de la cantidad, 2,3 ó 5 años), la cuota baja considerablemente.
Verificaremos cuánto dinero nos quedaría mensualmente con esta cuota, que la situación sea lo suficientemente cómoda, con un plazo razonable, y que la suma de todas nuestras cuotas de este u otros préstamos que ya tuviéramos no sea superior al 35-40% de nuestros ingresos, ya que este es el ratio de endeudamiento que suelen establecer los bancos como línea roja entre la aprobación y la denegación de un préstamo de estas características.
Es entonces cuando debemos acudir a nuestro banco y hacerles el planteamiento que previamente hemos estudiado. Si estas tarjetas son de tu propio banco o la mayor parte de las deudas las tienes con tu entidad, es más probable que aprueben la operación, pues los bancos suelen refinanciar las deudas propias o bien aceptan este tipo de operaciones si ven que hay riesgo de que este deterioro de la situación financiera pudiera contagiar otros préstamos o tarjetas que tuviéramos con ellos.
Es decir, que finalmente la clave de la solución a este problema es acudir a tiempo a una reestructuración del endeudamiento, pues si entramos de lleno en el círculo vicioso de tarjetas, impagos, apuntes en ASNEF, alertas de morosidad, etc., entonces no habrá entidad financiera que nos quiera ayudar.
No obstante, la verdadera solución es la prudencia: si ganamos 10, no gastemos más de 7, y ahorremos 3 para los imprevistos (que siempre los hay: avería del coche, se rompen electrodomésticos, seguro del coche, seguro de hogar, pagos de impuestos, ...), y por supuesto, si gastamos 12, es que tenemos un problema de hábitos de consumo, es mejor reprimirnos, quizá pasemos desconsuelo, pero mejor eso que acabar ahogado por los bancos y sin posibilidad de salida.
Mr. Fahrenheit
Muy interesante post, estoy metiéndome en el mundillo de las inversiones en bolsa, estrategias, trading y demás. Me gusta ver que cada vez hay más blogs y páginas como esta, la de novatos o http://www.estrategiasdeinversion.com/ que son las que más sigo.
ResponderEliminarUn saludo y enhorabuena por el blog
Gracias a tí Carlos, espero que me sigas leyendo y encantado de tenerte por aquí. Un saludo!
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