Esto no Arranca

Mi padre siempre me decía que por muchas ganas que pongas y por bueno que sea el coche, sin gasolina no arranca. Pues bien, esto no arranca y precisamente no va de coches.

Las elecciones generales fueron el pasado mes de noviembre, y todo hacía indicar que cada uno de los partidos políticos tenían la solución a los problemas de España, y durante la campaña trataron de convencernos de ello. Llegó el día de la votación y los españoles dimos la confianza al nuevo Gobierno, con mayoría absoluta, para arreglar nuestros grandes problemas: el paro, la economía y la clase política.

Ha pasado ya un tiempo razonable y las cosas no han mejorado, siendo en realidad peores y sin luz en el horizonte: tenemos más paro, los problemas del sistema financiero no acaban de resolverse y los políticos no dejan de sorprendernos con todo tipo de curiosas colocaciones de amigos y familiares, contratos a dedo, escándalos, obras faraónicas sin utilidad, etc.

Para más inri, las reformas que se han realizado hasta el momento no han servido para crear ni confianza en los mercados internacionales, ni para crear empleo, ni para reactivar la economía y ni tan siquiera para dar ánimos u optimismo al país. El nuevo Gobierno se ha desmarcado de sus promesas electorales y no deja de subir impuestos: sobre la renta, IBI, sociedades, y ahora el IVA. Reforman las leyes laborales para poder despedir más barato e impulsan una amnistía fiscal fracasada para que los defraudadores traigan los capitales evadidos por un módico 10%. Y siguiendo esta carrera de despropósitos, se ajustan los presupuestos y se recorta lo intocable: Sanidad y Educación.

Primero, si había que hacer todo esto, hubiera sido mucho más lógico que nos lo hubieran explicado antes de votar, porque así habría sido posible elegir la forma de salir de la crisis según el programa de cada partido, con todas las cartas boca arriba, pero por supuesto, los ciudadanos PARA LOS QUE SE GOBIERNA, no solemos contar para los políticos.

Y, segundo, ¿qué nos puede esperar con este tipo de reformas? Si el Gobierno focaliza sus políticas en reducir el tamaño del Estado del Bienestar, lo que va a conseguir es una menor calidad en todos aquellos servicios por los que el ciudadano va a pagar más impuestos, lo cual significará que el ciudadano tendrá una menor renta disponible y reducirá aún más el consumo, por lo que las empresas reducirán sus ventas y sus beneficios. Caen las ventas, los beneficios y suben los impuestos = se reduce la inversión, pero no sólo la privada, sino también la pública, porque al contraerse el tamaño del Estado, el consumo, la renta disponible así como la propia limitación a endeudarse, el gasto público se reducirá notablemente.

Ahora viene una idea algo más compleja: al reducirse el consumo, se contrae a su vez el ingreso esperado por el Estado a través del IVA, ya que aunque lo incremente, al venderse menos, el efecto será negativo. Tendremos más parados, es barato despedir, y como la economía está en recesión y ha caído el consumo y la inversión, las empresas no tienen necesidad de contratar personal.

En fin, podríamos seguir con más ideas y variantes macroeconómicas, pero no vale la pena, porque tienden a tonos cada vez más oscuros y pesimistas, puesto que todo esto se complica aún más cuando el Estado español ya no tiene la manija de dos interesantes variables para contrarrestar la crisis: 1. Tipos de Interés y; 2. Tipo de Cambio, ambas variables dependen de Europa, y eso es igual a decir que se rigen a criterio de Alemania, o sea, Merkel, y eso es darse contra un muro, pues es nuestro principal acreedor y lo que le interesa es asegurarse cobrar lo que nos ha prestado, no interesándoles ni un ápice si los ciudadanos españoles perdemos calidad de vida o nos despeñamos por un barranco.

Concluyendo, el nuevo Gobierno está tratando de salir de la crisis a la "alemana", y esto no es Alemania, ni lo será, pues ni tenemos una fuerte industria ni grandes empresas tecnológicas de I+D. Esto es España, y nuestro fuerte siempre ha sido el sector servicios, por lo que nuestra estructura productiva es diferente, así como nuestra balanza de pagos.

Si el Gobierno no da un giro importante en sus políticas, y en vez de recortar sin miramientos, se limita a recortar en lo que sobra de verdad, es decir, aquellas cosas que siempre fueron excesivas, con crisis y sin ella: infraestructuras innecesarias, elevadas fundaciones y empresas públicas, excesivos cargos políticos y de confianza, administraciones solapadas, subvenciones a partidos, gasto militar, escaso control al fraude fiscal de cuello blanco, poca o nula independencia en los organismos de las administraciones públicas, etc. Y en paralelo deben poner en marcha medidas que fomente el empleo (no los despidos), políticas que favorezcan a las industrias y las nuevas energías renovables (baratas y limpias), el consumo, la actividad económica, eliminar barreras monopolísticas o de oligopolio que hay en determinados sectores, arreglar de una vez el sistema financiero, limitar las operaciones especulativas, refinanciar la deuda pública, acelerar y mejorar los procesos para la creación de empresas, perseguir duramente el fraude fiscal y a la Seguridad Social, etc., nos va a costar muchísimo más de lo esperado salir de este "agujero", no sólo por el esfuerzo sino por el tiempo que tendremos que emplear para recuperarnos.

En definitiva, no podemos reducir gastos a diestro y siniestro y esperar que esto se arregle solo. Los recortes deben ser selectivos y precisos, no indiscriminados, reduciendo lo que sobra y si hace falta reformar profundamente las instituciones. Pero al mismo tiempo hay que impulsar la economía con medidas de expansión, de inversión, de creación de empleo, porque no se trata sólo de gastar menos, sino de ingresar más en el conjunto de la sociedad, en la suma de ciudadanos, empresas y Estado.

Mr. Fahrenheit
@ecofinahorro 

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