Ahorra con lo que desperdicias

Hace unos meses los chicos de Ofertia me pidieron colaborar con algún artículo relacionado con el ahorro, y éste fue el resultado, espero que os guste:

Supongo que la mayoría de nosotros somos conscientes de que depositamos en la basura muchísimas cosas que otras personas pueden o van a aprovechar, pero lo que seguramente está fuera de nuestra imaginación es lo que tiramos y podríamos aprovechar nosotros mismos, sin llegar a ser expertos en bricolaje o versados en química, tan sólo reflexionando acerca de aquello que desechamos, y preguntándonos si tendría alguna otra utilidad. En estas pocas líneas pretendo hacerte llegar tres sencillos ejemplos que pueden dar muestra de ello.

 

Supongo que la mayoría tiramos a la basura los restos del café después de prepararnos nuestra taza o expresso, sin embargo, estos residuos, borras, posos, como los queramos llamar, tienen muchas aplicaciones, entre las que destaco su capacidad para neutralizar olores, ya sea en el frigorífico, en el propio cubo de la basura, o en un lugar puntual de nuestra vivienda.

El residuo del café también se puede usar para prevenir atascos en nuestros desagües y tuberías, ya que ayuda a eliminar los residuos orgánicos que pudiera haber en ellos. También sirve de abono para plantas o ahuyentar insectos como las hormigas, y mezclado convenientemente con la piel de la naranja, disuadirá al gato del vecino a pasearse por nuestro jardín.

Otro residuo habitual en casa: el aceite de oliva o girasol. Normalmente tras un uso moderado del aceite en nuestras sartenes, acabamos acumulándolo y posteriormente depositándolo en algún punto limpio de nuestro municipio. Lo que muchos no sabéis es que el aceite usada, previamente filtrada (nos bastará con un embudo y una servilleta de papel), sirve para producir jabón/detergente, tanto para la ropa o como lavavajillas, cada uno con un proceso similar pero una acabado diferente, y es que el proceso de saponificación precisa la disociación de grasas en un medio alcalino, separándose glicerina y ácidos grasos. No es un proceso complicado, y con las debidas precauciones, cualquiera de vosotros podéis hacerlo en casa, es un jabón de calidad, que no tienen nada que envidiar a los que encontramos en las tiendas.

El aceite usada también puede hacernos ahorrar combustible para nuestro vehículo, siempre en motores diesel, es un poco humeante y el olor es a frito, pero el rendimiento es muy bueno, se suele aconsejar mezclar con el gasoil servido en la estación de servicio, aunque también se puede usar sin mezclar. ¿A qué a partir de ahora te pensarás tirar el aceite usada?

Hay mil y un ejemplos más de cosas que tiramos y que tienen un importante valor, pero para finalizar no quiero olvidarme de algo que desaprovechamos continuamente sin darnos cuenta, con efecto sobre nuestro bolsillo y el medioambiente: el agua.

 

Al lavarnos las manos desaprovechamos unos 3 litros de agua, al lavarnos los dientes unos 7 l., en una ducha unos 25 l., al tirar de la cadena de nuestro WC unos 12 l., … si al ducharnos tenemos junto a nosotros una palangana o barreño, podríamos reaprovechar mucha de esa agua para usarla en nuestros WC en vez de tirar de la cadena, limpiar, regar plantas (sin detergentes o jabones), etc. Una cosa más, supongo que algunos de vosotros usaréis deshumidificadores o climatizadores, los cuales recogen la humedad del ambiente, depositándose en forma líquida en el propio aparato. Esta agua tiene excelentes condiciones para plantas y para nuestra plancha, así que no la desaprovechéis.

En fin, esto son sólo tres ejemplos, hay muchos más, están todos delante de nuestras narices, pero si no se os ocurren, buscando un poco en Internet, podréis encontrar muchas más curiosidades.

Mr. Fahrenheit

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